Festival «Han entrat a robar a n’es casal Vol. V»

Nunca pasa nada en la isla, hasta que te mueves un milímetro, basta uno, y ves que pasa constantemente. También sería gran cosa que el festival de bandas locales “Han entrat a robar a n’es casal” organizado por el colectivo Illa Sonora pasara constantemente. Sería un trabajazo, pero también la enésima demostración incontestable de que la música y la calidad en la part forana son inabarcables.

Este festival que lleva ya cinco ediciones, a razón de un par anuales, es punta de lanza en todo ello, primero, por el criterio ejemplar de programación. Es ideal: equilibrado y amplio, representativo y diverso. Es una cita musical para ir con los ojos cerrados y los oídos bien abiertos. Además, otra bendición: el leitmotiv, el ADN, es el guitarrazo. Sea rockanrrolero o hardcore, punk o metal, y a menudo incluso con pop o rap. Y por encima de todo ello, la apuesta impenitente por la escena local. Por la cantera. La quinta edición del “Han entrat” fue un canterazo in your face!

Por encima de todo, este festival que lleva ya cinco ediciones es una apuesta impenitente por la escena local. Por la cantera. La quinta edición del “Han entrat” fue un canterazo in your face!

Ya desde el inicio y ya desde la más tierna edad. Que no se equivoque quien vaya a ver a Creepy Demons: no son niños jugando al rock&roll, sino futuros bestias. Enternece tanto como emociona ver las ganas de estos prepúberes al decibelio. Uno ha decidido que va a vivir al menos diez años más para ver cómo evoluciona esta banda. En la misma onda de hiperjuventud, ya de una generación posterior y sobre todo con hiperprometedor feeling y flow, las U.R. Bad. Su garaje a punto de enfadarse suena cada vez más creíble y más mejor.

Qué bien ganan la partida Makore. Su negrura sabe ser densa y profunda tanto como inmediata y accesible. Saben jugar a la liga de la intensidad latente a punto de enajenar, como a la inmediatez y dinamismo del rock acendrado. Apuntan a que acabarán siendo fascinantes.

Después llegó la primera hostia de las que siempre regala este festival, y qué gustazo que se emperre en ello. La primera de tres, porque actuaron tres veces, porque hasta en eso hacen lo que les da la gana: el punk rock de Dos Abejos es envidiablemente incendiario, y lo es por todas partes. Primero por su modus operandi: nunca aceptan que les digas dónde van a tocar, sino que lo deciden ellos. Así fue en la pasada Fira del Disc, donde les dio por tocar no en un escenario, sino en medio de uno de los pasillos de acceso al Velòdrom. Y así fue de nuevo en esta ocasión, al decidir actuar en el chiquipark de N’Hereveta.

Siempre tan furiosos como cómicos, al verles te descojonas tanto como pogueas. Provocaron los primeros zapatazos al aire de la jornada, porque lo tienen todo: temazos de apenas dos minutos, letras brillantemente desquiciadas (como la que narra la incomodidad de que camino al Everest no haya un supermercado donde, por lo menos, avituallarse de unos litros), actitud y estilismo, la mejor guitarra tuneada de toda la isla y parte del extranjero, así como recetas de cocina.

La baja de última hora del pepinazo de hip hop funk que son Rap Rural fue solventada amigos de la casa mediante. Y bien y bibah!, porque HatexBringers no saben hacer otra cosa que dar conciertazos. Sonido terremoto, trash hardcore indestructible, directo destructor. Hay bandas que parecen no darle importancia a si tienen 4.000 o 40.000 watios de sonido, perquè et rebentaran igual.

Llegados a este punto de la velada, la expectación ya era bastante incontenible. Pesta Puta estaban a punto de actuar, y todo el mundo está hablando de esta banda. Yo vi un colofón, pero el poetastre, actor i músic Macià Fiol también y lo vio mejor:

Per lo vist, Pesta Puta són com uns bufons o animals fantàstics que venen d’una Mallorca molt profunda i subterrània, amb qui veim que al final es converteixen en un ritual nigromàntic.

Tota sa indumentària i sobretot sa careta des cantant és artesana. Deim cantant però no ho és, sinó que aquest frontman és una monja embarassada i té una feminitat molt latent.

Illa Sonora ha muntat un espectacle en tres espais. Per una banda, el drifting de ses carreres de cotxes. Per s’altra, davant l’església hi havia ànimes de Monti-Sion fent una mostra folkòrica. I a s’epicentre, en es Parc de n’Hereveta, vàrem tenir dos escenaris més: es xiquipark i es cadafal.